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J.R. Meléndez (Re-viste): “Al consumidor se le piden esfuerzos, lo que provoca cierto hartazgo”

J.R. Meléndez (Re-viste): “Al consumidor se le piden esfuerzos, lo que provoca cierto hartazgo”

Juan Ramón Meléndez, gerente de Re-viste (el scrap de la moda), destaca que la financiación, la legislación y la reflexión sobre los hábitos de consumo son claves a la hora de impulsar una industria de la moda más sostenible.

 

 

Fashion Sustainability Shot desarrolla en 2025 un nuevo ciclo de entrevistas con las voces que están al frente de entidades, asociaciones y patronales que organizan al sector en el tránsito de la moda hacia la sostenibilidad. Impulsada por Modaes y patrocinada por Tendam, la serie comenzó a emitirse en 2021 y mensualmente contribuye a generar conocimiento en torno a la sostenibilidad en la industria española de la moda. En 2025, Fashion Sustainability Shot busca generar contenido nuevo y de alta relevancia para el sector, con la participación de representantes de entidades clave en el ámbito nacional y europeo.

 

Sigue las entrevistas de Fashion Sustainability Shot

 

 

Sumar esfuerzos para ser más fuertes. Esta es una de las principales consideraciones a tener cuenta a la que apunta Juan Ramón Meléndez Agudín, director general de la Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado (Re-viste), el vehículo creado por las grandes empresas de moda en España (Decathlon, H&M, IKEA, Inditex, Kiabi, Mango y Tendam, El Corte Inglés, Sprinter/JD y Primark) para dar respuesta a la responsabilidad ampliada del productor (RAP). Meléndez destaca la importancia de que la industria de la moda ponga en el mercado productos susceptibles de ser reutilizados y aprovechados, además de más duraderos y con posibilidad de alargar su vida útil. El directivo señala que es imprescindible hacer entender a los consumidores la necesidad de su participación, algo que, según el ejecutivo, debe ir acompañado de la fijación de objetivos ambiciosos, pero a la vez cumplibles por parte de los políticos europeos. “Al consumidor se le piden constantemente esfuerzos por parte de gobiernos y administraciones, lo que provoca cierto hartazgo”, dice.

 

 

 

 

Pregunta: ¿Por qué debe la moda ser más sostenible?

 

Respuesta: La moda es un sector muy importante tanto en la economía europea como en la mundial y esta transición hacia la sostenibilidad es un reto común de toda la sociedad. El sector textil no puede ser ajeno a ello. Hay que hacer muchas cosas y pronto.

 

 

P.: ¿Qué falta entonces, más implicación empresarial, mejor legislación o más financiación para impulsar este cambio?

 

R.: Quizá un poco de todo, una respuesta unívoca a una pregunta tan amplia sería difícil de encontrar. Estos tres elementos son necesarios y en las empresas hay de todo, algunas con una clara vocación de cambiar las cosas y otras luchando más que nada por sobrevivir, para las que esto viene como una segunda prioridad. En el sector empresarial, hace falta financiación y, desde luego, la legislación es también un vector fundamental, dado que alguien tiene que tener la orientación estratégica clara y marcar los objetivos.

 

 

P.: ¿Puede la moda llegar a reciclar todo lo que produce?

 

R.: La moda debe poner productos susceptibles de reciclados, pero lo que resulta más complicado es que, en el sector, se pueda utilizar todo el material que se pone en el mercado para poder reincorporarlo. Depende de qué tejidos o composiciones son susceptibles de incorporar material reciclado y otros son mucho menos factibles. Lo importante es que el producto que se pone en la industria de la moda tenga una segunda oportunidad para poder ser reutilizado o aprovechado en un nuevo ciclo productivo, ya sea dentro del mundo de la confección o en otros sectores, como la automoción o la construcción, que a su vez son sectores de actividad económica y que rinden servicio a la sociedad.

 

 

 

 

P.: ¿Cómo imagina que será el ciclo de vida de una prenda en el futuro?

 

R.: En primer lugar, todos tenemos que reflexionar sobre nuestros hábitos como consumidores y adoptar una posición más consciente del impacto que tenemos simplemente existiendo, y esto también implica al sector de la moda. Por este motivo, la prevención es el principal elemento que considerar. Luego está la reutilización: debemos intentar que las empresas pongan en el mercado productos más duraderos con diseños más atemporales y que puedan ser utilizados en diferentes campañas o años. Todos estos criterios deben de ir integrándose en los diseños, y las empresas, a diferentes niveles de velocidad, lo van haciendo. También es importante que el ciudadano valore este tipo de cosas y las integre en su proceso de decisión a la hora de comprar y, en consecuencia, la marcas orienten su producción a unos gustos de un consumidor cada vez más exigente y consciente.

 

 

P.: ¿Cómo deben las empresas pequeñas afrontar la responsabilidad ampliada del productor?

 

R.: Las empresas pequeñas lo tienen más difícil y, por este motivo, es importante afrontar la responsabilidad que la ley les va a imponer como productores de forma colectiva. Las empresas grandes pueden tener más recursos, masa crítica o economías de escala, pero incluso para ellas, hacerlo de manera conjunta es la mejor manera de afrontar las cosas. Juntos se hace la fuerza y la suma de muchos pequeños puede hacer una masa lo suficientemente importante para que estos cambios sean más llevaderos.

 

 

P.: ¿Avanza el sector hacia una menor producción?

 

R.: Por familia de producto, la reflexión podría ser respondida de manera más precisa, pero, no obstante, sí que creo que hay una percepción de que el modelo que hemos seguido hasta ahora no puede durar en el tiempo. Hay una visión de que las cosas tienen que cambiar y no sólo por cumplir la ley, sino por adaptarnos a una nueva sociedad y a un nuevo consumidor que demanda de otras cosas.

 

 

 

 

P.: ¿Qué puede aprender la moda de otros ámbitos de la economía que ya cuentan con scraps?

 

R.: Hay una experiencia de casi treinta años en otros flujos de residuos en los que la responsabilidad ampliada viene funcionando, lo que facilita las cosas. La escala es importante porque para poder hacer cambios trascendentales necesitas tamaño y para que los procesos sean eficientes, lo que se requiere son cantidades. Este es uno de los aprendizajes que podemos tener de otros residuos, donde se empezó de manera tímida y con empresas pequeñas y medianas. Otro elemento que podemos aprender es el modelo de profesionalización en otros residuos, puesto que al principio eran empresas pequeñas y a medida que las cantidades han aumentado el sector se ha hecho más técnico y profesional. En esa evolución, ha habido empresas que se han adaptado, pasando de ser empresas familiares a multinacionales, pero también hay empresas que no se han sabido adaptar y han desaparecido. Estos procesos también cambian al ciudadano y al consumidor y los hábitos se incorporan a la cotidianidad. Pero hay un elemento que puede jugar en nuestra contra porque al consumidor se le piden constantemente esfuerzos por parte de gobiernos y administraciones, lo que provoca cierto hartazgo. Es importante hacer entender al consumidor que su participación es importante y necesaria para que esto funcione.

 

 

P.: Se han establecido distintos modelos de scraps en diferentes países, ¿cuál cree que es el modelo ideal?

 

R.: Estudiamos todos los planteamientos en otros países y todas las experiencias han de ser tenidas en cuenta, pero no significa que cualquier experiencia exitosa la podamos trasladar a nuestro país. Por tanto, vamos a tratar de hacer nuestro propio camino y creo que en España tenemos una experiencia fuerte con entidades de economía social, empresas, gestores de residuos, ayuntamientos y comunidades autónomas que hacen las cosas muy bien. Tenemos que aprovechar ese conocimiento y buenas prácticas al conocimiento general, lo que nos hará avanzar en una buena dirección.

 

 

P.: Si tuviese delante al comisario de medioambiente de la Unión Europea, ¿qué le diría?

 

R.: Tienen una gran responsabilidad porque han de marcar el futuro a todos los interlocutores y es importante que lo hagan bien y pronto, porque la situación ambiental en la que nos encontramos lo requiere. Les pediría que fueran prácticos, que escucharan a los interlocutores del sector, que fueran moderadamente ambiciosos pero que sitúen objetivos alcanzables, puesto que lo peor que podemos tener es objetivos de obligado cumplimiento que produzcan desánimo tanto de las empresas como del sector. Han de ser mesurados en poner el objetivo en el lugar correcto, siempre escuchando a todas las partes.

Fecha

4 de marzo de 2025

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